lunes, 19 de septiembre de 2011

BOCICALERAS

Pocas cosas procuraban tanto placer al regresar del colegio como una buena rebanada de pan de hogaza con nata, azúcar y Cola-Cao. Nata de la de verdad, de la que no salía de un brick, sino del hervidor donde la noche antes habíamos visto subir la espuma tras cocer la leche para esterilizarla. Al hincar el diente en semejante manjar nos quedaban alrededor de la boca unas hermosas "bocicaleras" que podíamos exhibir ignorantes toda la tarde mientras compartíamos juegos y algún que otro descalabro en plena calle. "Bocicaleras" no existe en el diccionario de la Real Academia y si lo escribes en Google no produce resultados. Pero todos los niños de Brime de Sog teníamos "bocicaleras" después de merendar. Los de los otros pueblos tenían "burriagas". Aunque puede que esta palabra no necesite ser rescatada, hasta padrinos tiene en Internet.

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